Cuando se deja de sentir ese pequeño hormigueo el estómago al aproximarse un nuevo viaje, quiere decir que la vida ya no es igual, surge entonces esa tonta idea de no querer volver a donde se ha sido feliz. Se trata de una simple cuestión de cobardía que nace del no querer aceptar que el paso del tiempo ocasiona cambios en las personas, en el paisaje, y en todos los elementos que otrora integraron el ambiente del lugar donde se vivió esa miniserie tan deliciosa.
Sin embargo los motivos del regreso prevalecen, porque ese cosquilleo del pasado se transforma en una lágrima contenida que ninguno de los otros pasajeros que observan al “Ulises” que regresa a casa puede comprender los motivos de su melancolía, quizá pensando que el viaje es el olvido de una relación amorosa con una mujer o alguna otra cuestión banal. Mas el amor por la familia es grande y pega fuerte con los que sabes que están, con los que vienen en camino y hasta con los que aún no tienen nombre, pero que verán la luz en años próximos.
Se quiere pensar que ese es el famoso espíritu navideño, el original, ajeno a cualquier hipocresía social o fin económico y que se fundamenta en los genes más cercanos, en los que están construyendo el presente con los cimientos de la madre antecesora, esa que a un año de despedirse dejó los almácigos llenos de buena semilla que cubrirá de vida los campos húmedos del verano, porque esa fuerza se siente en cada delicado aroma a eucalipto, en las miles de flores que asoladas por el viento serpentean cada otoño las pendientes y lomas donde los pequeños truanes las recorrían a prisa con su perro pastor siempre a un lado.
El pasar la navidad con los que por amor quieren estar contigo es el mejor regalo de todos, aunque el duelo no haya concluido y el espíritu se quiebre al recorrer los valles, lagos y montañas de esta maravillosa tierra.
FELIZ NAVIDAD
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Navidad es fecha que año a año nos invita de diversas formas a la recuperación de nuestra amarosidad primaria. Distintas motivaciones, vivencias y recuerdos invaden nuestro ser en estos días a veces tan fugaces... donde el "amar" que no es nuevo nos sorprende y conmueve una y mil veces más. El encuentro y reencuentro con las personas y seres amados no sólo implica lo visible a nuestros ojos sino también la historia muchas veces olvidada, como olvidada también resulta la nuestra propia...
ResponderEliminarUn abrazo inmenso