jueves, 24 de septiembre de 2009

Fusilando a Lorca

Hace ya tanto tiempo
que no recuerdo su rostro,
La vida nos pegó fuerte
Y nos dejó desmenbrados.
Sin ánimo de sudar,
Sin gota de amor profano,
con recuerdos inventados
y el hocico amedrentado.

Hace tan poco tiempo
las manos se me secaban
sobre tu bendito cuerpo
de tanta humedad salada.
Los ánimos me devuelven
un humor de yerbafina,
el viento de la mañana,
y una gota de agua fría.

No sé la verdad qué pasa
al cuarto para las doce,
se me esconden las caricias
y se me asoman los celos,
el desierto de saliva
se me atraganta a lo lejos,
y no tengo una noche íntima
ni un horizonte de perros.

Y dejo ya de escribir,
fusilando a Lorca estoy,
sin medidos octosílabos
ni rima ni ritmo ni amor.
Y esto no puede ser
pues la luna, luna ,luna
me reclama una vez mas
que en esta fría mañana
al río no la he de llevar,
porque sí tiene marido,
y su honor a de vengar.

Hace ya muchos años
que no recuerdo tu rostro.
La vida me pegó fuerte
y el sentido se escapó,
mi olfato se me cayó
en una séptica desmemoria,
y este fusil sin balas
no me hace ser comedido,
haciendo pasar por míos
los versos del andaluz,
porque hace ya tanto tiempo
que no recuerdo mi rostro,
la memoria se confunde
con el plagio y la creación
y quiero pedir perdón
pero no se ya ni como
pues hace ya tanto tiempo
que se me fue la razón.

Marco A. Rivera Chávez