Ser nicolaita
es ser hombre;
alentar al noble afán del conocimiento
y de la investigación de las ciencias,y de las artes;
tener el claro concepto de la cultura;
seguir venerablemente las huellas de Vasco de Quiroga
con fe en la humanidad y por el amor al hombre.
Ser nicolaita
es llevar en el corazón
el ejemplar espiritú de lucha y de sacrificio
que como más bella lección
nos dio nuestro padre y maestro Don Miguel Hidalgo.
Porqué solo quien da tiene derecho a recibir;
porque la libertad no se implora,
se conquista.
Él inició la construcción de nuestra nacionalidad,
México le entrega su gratitud.
Ser nicolaita
es ser pueblo y del pueblo,
como lo fue el gran Morelos,
el sublime Siervo de la Nación;
paradigma del civismo;
catedrático del valor indómito y consciente;
del auténtico desinterés titán de la historia,
pluma y espada de la justicia social.
Ser nicolaita
significa amar la vida, la tierra,
sus flores, las cosas de la naturaleza;
tal como lo hiciera Melchor Ocampo,
precursor del pacifismo.
“hablando y no matándonos
es como debemos entendernos”.
Él nos dio sus ideales y sus libros.
Los nicolaitas somos y seremos siempre,
la guardia de honor del corazón de Ocampo.
Por todo lo que somos:
alma y cerebro,
pensamiento y brazo…
ante el altar de la patria
que es nuestro Colegio de San Nicolás,
nosotros sus orgullosos hijos juramos:
estudiar; trabajar y luchar
a la vanguardia del pueblo mexicano
por su libertad y progreso;
mantener siempre alta la gloriosa tradición nicolaita.
Gustavo Gallardo, 1953.
es ser hombre;
alentar al noble afán del conocimiento
y de la investigación de las ciencias,y de las artes;
tener el claro concepto de la cultura;
seguir venerablemente las huellas de Vasco de Quiroga
con fe en la humanidad y por el amor al hombre.
Ser nicolaita
es llevar en el corazón
el ejemplar espiritú de lucha y de sacrificio
que como más bella lección
nos dio nuestro padre y maestro Don Miguel Hidalgo.
Porqué solo quien da tiene derecho a recibir;
porque la libertad no se implora,
se conquista.
Él inició la construcción de nuestra nacionalidad,
México le entrega su gratitud.
Ser nicolaita
es ser pueblo y del pueblo,
como lo fue el gran Morelos,
el sublime Siervo de la Nación;
paradigma del civismo;
catedrático del valor indómito y consciente;
del auténtico desinterés titán de la historia,
pluma y espada de la justicia social.
Ser nicolaita
significa amar la vida, la tierra,
sus flores, las cosas de la naturaleza;
tal como lo hiciera Melchor Ocampo,
precursor del pacifismo.
“hablando y no matándonos
es como debemos entendernos”.
Él nos dio sus ideales y sus libros.
Los nicolaitas somos y seremos siempre,
la guardia de honor del corazón de Ocampo.
Por todo lo que somos:
alma y cerebro,
pensamiento y brazo…
ante el altar de la patria
que es nuestro Colegio de San Nicolás,
nosotros sus orgullosos hijos juramos:
estudiar; trabajar y luchar
a la vanguardia del pueblo mexicano
por su libertad y progreso;
mantener siempre alta la gloriosa tradición nicolaita.
Gustavo Gallardo, 1953.